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El arándano coge fuerza en Galicia.

Las plantaciones de la comunidad son jóvenes, pero empiezan a entrar en fase de producción. Este año se espera que la cosecha sea abundante.

El arándano coge fuerza en Galicia.

Las plantaciones de la comunidad son jóvenes, pero empiezan a entrar en fase de producción. Este año se espera que la cosecha sea abundante.

ANGEL MANSO

m. alfonso
redacción / la voz 06/08/2019 00:06 h

El arándano está de moda. Ha pasado de ser una fruta marginal y prohibitiva a estar presente en todos los supermercados a precios asequibles. De hecho, en el último lustro los berries, como también se les conoce por su nombre en inglés, han disparado su facturación en torno a un 300 % según el Ministerio de Agricultura. Y eso se debe, en gran medida, a que cada vez son más los productores que incluyen este cultivo en sus fincas. Galicia no es ajena a esta tendencia. Según datos de la Consellería do Medio Rural, en la comunidad existen actualmente 23 explotaciones que trabajan arándano, con 118 hectáreas plantadas. Además, 17 jóvenes se han incorporado al campo en los últimos años para dedicarse al cultivo de esta baya. Hay grandes apuestas, como la realizada por Horticina en Ferrol o la de Surexport en Lugo, pero también un sinfín de pequeños productores que se han apuntado a este cultivo, ya sea en ecológico o en alta montaña.

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La mayoría de las plantaciones gallegas de arándanos son jóvenes. Tanto, que no están todavía en plena producción. Aún así, los agricultores aseguran que la cosecha de este año es buena, abundante. «Tivemos un inverno bo, a primavera non foi moi húmida e estamos tendo moi boa produción», explica Miguel Mato, de Horticina. Esta empresa tiene una de las mayores plantaciones de la comunidad, con 82 hectáreas. Siete de ellas están plantadas con variedades más tempranas, de las que se recolectan antes, «e recollemos sobre setenta toneladas», cuenta. Pero la mayoría de su finca se dedica al cultivo de variedades tardías, pues es a partir del mes de agosto cuando mejor se paga este producto. «Se non coincide no mercado con colleita de Europa ou América, chega ao mercado con moi bo prezo», añade.

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Manuel Ángel Currás es otro agricultor que se ha apuntado a la moda del arándano, aunque él produce en ecológico en Cotobade, al amparo de Ananosberries. La última semana de junio inició la recogida de las variedades tempranas, de las que tuvo menos cantidad. «El problema fue la lluvia que no nos dejó recoger», cuenta. Su producción es, por ahora, limitada, «porque las plantas son jóvenes y cada año producen más». Confía en que la cosecha tardía sea más abundante, pues también reconoce que es la que mejor se paga, «pero con el tiempo que tenemos últimamente... La idea es recoger de septiembre en adelante aunque con el calor ya llevamos una semana de adelanto», argumenta.

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Más novata todavía es la plantación de Melide Arándanos, de Mariana Soldavini. «Llevamos dos años, tenemos siete hectáreas y no le sacamos toda la producción que tiene la finca», explica. En esta cosecha tuvieron algunos problemas con el granizo, que afectó a un sector importante de sus cultivos. Pero aún así, se muestra satisfecha. «De momento estamos contentos con cómo están saliendo las cosas», asegura. Su cosecha se va íntegramente a una comercializadora de Andalucía, «que por ahora nos está manteniendo los precios».

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La de Javier Breixo Paz es una plantación diferente. Él se fue a la alta montaña de Ourense, a más de 1.200 metros de altitud, para plantar seis hectáreas de arándanos. Lo hizo porque así consigue que su cultivo sea más tardío. De hecho, hasta dentro de veinte días no iniciará la recolección. «Aínda que as plantas son novas, este ano hai cantidade», cuenta. El único problema es que «o calor tardou moito en chegar e as froitas son de tamaño medio, cando aquí adoitan ser máis grandes. Pero cantidade hai moita este ano», añade. Él trata de vender su cosecha en el mercado local, porque se cotiza mucho mejor. «Se lle pos o prezo do supermercado, fórraste, pero cando hai moito si que llo vendo a maioristas. É un froito que ten moita demanda, aínda que tamén hai moita xente que plantou», concluye.

Preocupación por la caída de precios y la abundancia de plantaciones

«Antes valorábase un pouco máis. Íase por picos de produción e as tardías, como non se solapaban, pagábanse máis porque escaseaban», cuenta Miguel Mato, de Horticina. Muchos agricultores gallegos eligieron este cultivo atraídos por los buenos precios. Pero ahora hay preocupación porque puedan descender bruscamente, tal y como ha sucedido en otras regiones de España. Los productores gallegos reconocen que aquí no se ha dejado sentir esa caída, «pero hay miedo de lo que pueda suceder con otros países de Europa. La producción de arándanos está creciendo mucho y eso afecta a los precios locales», explica Soldavini. Polonia o Alemania, por ejemplo, son grandes productores de arándano.

Asegura esta productora que el mercado de esta fruta «es un poco temerario. Los precios de la campaña se cierran semanalmente» y por este motivo les resulta difícil saber lo que van a percibir por su cosecha. En Horticina añaden que Galicia cuenta con una ventaja, que es una región muy apta para la producción de variedades tardías, que llegan al mercado cuando menos arándano hay. Por eso, en el conjunto de España, «séguese valorando moi ben o noso froito», explican. Aún así, son muchos los productores que buscan hueco en el mercado local o que lo utilizan para hacer sus propios productos gourmet. «Nosotros lo vendemos en fresco y en mermelada. Y todo lo que podemos vender por aquí, lo vendemos», explica Manuel Ángel Currás. Y es que las producciones pequeñas encuentran precios mucho mejores en el mercado local que si lo entregan a grandes comercializadoras o distribuidoras.

Horticina busca doscientos temporeros locales

Una característica del cultivo del arándano es que precisa mucha mano de obra cuando llega el tiempo de la recogida. Encontrar a personal que se ocupe de esta tarea no es tarea sencilla. La empresa Horticina, por ejemplo, ha lanzado esta semana una nueva convocatoria de empleo. Precisa 200 temporeros para trabajar durante agosto y septiembre en sus plantaciones de Cerdido, en Ferrol. La compañía busca, sobre todo, personas con residencia en el ámbito de Ferrolterra, ante las dificultades que tiene para encontrar alojamiento en los municipios cercanos. «No buscamos ningún perfil en concreto, solo gente que quiera trabajar», explica Clara Pedreiro, del departamento de recursos humanos. Los interesados pueden anotarse en la web candidatos.horticina.net

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