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Verino cumple 75 convertido en leyenda.

El creador ourensano vaticina que se producirán cambios en la moda tras el coronavirus con una apuesta más decidida por la calidad y el respeto por la naturaleza.

Verino cumple 75 convertido en leyenda.

El creador ourensano vaticina que se producirán cambios en la moda tras el coronavirus con una apuesta más decidida por la calidad y el respeto por la naturaleza.

FdV - 03.05.2020 | 02:11

El modisto ourensano Roberto Verino, que cumple 75 años. // I. Osorio El modisto ourensano Roberto Verino, que cumple 75 años. // I. Osorio

Visionario, con un afán de superación permanente y ejemplar exponente de la cultura del emprendimiento, el diseñador gallego Roberto Verino celebra hoy su 75.º cumpleaños con el orgullo de haber convertido su nombre, durante décadas de trabajo y creatividad, en una leyenda del diseño español. Con mucho tesón y con la excelencia como bandera, Roberto Verino puede presumir de hacer una moda realista, dirigida a una sociedad que sigue las tendencias pero sin perder la perspectiva de la mujer y el hombre de la calle.

"Comprar un Roberto Verino es una inversión, no un gasto", asegura el modisto en unas declaraciones concedidas con ocasión de su aniversario. Roberto Verino opina que la crisis sanitaria de Covid-19 también tendrá su efecto en la moda y que tras la pandemia, la gente "vestirá respetando la naturaleza y buscará la calidad".

El creador español siempre ha apostado por la moda con un punto de atemporalidad. A lo largo de su carrera, él ha ido combinando la artesanía, la experiencia y los oficios tradicionales, con evidente éxito, y siempre ha tratado, según él mismo explica, de compatibilizar "la esencia humana" con las nuevas tecnologías, sin perder de vista la excelencia, y con esos criterios son con los que se compromete a "seguir trabajando".

A finales de los años 60 del siglo XX, Roberto Verino diseñó varias colecciones para Billy Bonny en París. A partir de ahí el creador español fue hilando una carrera firme y coherente, que llega hasta la actualidad. Hoy en día, Verino tiene abiertos más de 180 puntos de venta en el mundo, con presencia en Portugal y México y un ambicioso proyecto de renovación y expansión internacional. "Lo más importante siempre está por llegar, pero hay que trabajar para que llegue", sostiene, consciente de que detrás de la moda "hay personas con voluntad, fuerza y capacidad creativa sin límites".

Roberto Verino, que en realidad se llama Manuel Roberto Mariño, nació el 3 de mayo de 1945 en la ourensana Verín, localidad de la que tomó su apellido, a la que rinde homenaje con su apellido profesional. Cursó estudios de Bellas Artes en París, allí colaboró con Bonny, para regresar después a su tierra con la responsabilidad de desarrollar la firma francesa en España.

Así fue como, casi sin darse cuenta y sin pretenderlo, se convirtió en empresario, empujado por las circunstancias. Verino se hizo cargo del negocio familiar de confección y en tres años y con mucha dedicación lo transformó.

"De mi madre y de mi abuela Aurora aprendí las lecciones más valiosas. Han sido mis mejores referentes", les reconoce. En el año 1982 creó su primera colección de moda y un año después abrió su primera tienda en París, en el número 33 de la Rue de Grenelle.

El diseñador quiso que su familia y su entorno rural de infancia y juventud formarán parte de su proyecto creativo y empresarial. Quizás lo más lógico hubiera sido establecerse en la capital, pero él apostó por sus raíces, una decisión difícil que, luego, a medida que avanzaba en su trayectoria, le ha acabado compensando. "He tenido la suerte de que esas personas me dedicarán su tiempo, su sabiduría y su saber", afirma, en referencia a su familia y a los artesanos con los que tuvo oportunidad de trabajar en su Galicia natal.

La inquietud por la innovación ha ayudado a Roberto Verino a mantener su éxito y a tener una proyección internacional. Dedicación, trabajo y respeto por las cosas bien hechas son, según dice, las piedras angulares de su filosofía de vida y de empresa. Esos principios y su manera de hacer le convirtieron en abanderado de la moda gallega en la década de los 80 del siglo pasado, puesto que compartió con Adolfo Domínguez, otra de las grandes referencias de la moda española a nivel internacional.

Roberto Verino es un pionero de lo que la prensa especializada ha dado en llamar el "armario inteligente", siempre ha apostado por la calidad en lugar de por la cantidad, y en 1984 desfiló por primera vez en la entonces Pasarela Cibeles.

Un año después presentó en París una colección diseñada por el pintor Xaime Quesada, lanzó la línea "Vento" y propició la recuperación del cultivo del lino en Galicia.

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