EL PROTOCOLO Y EL SABER ESTAR.
En términos generales protocolo1 (del b. lat. Protocollum, y este del gr. πρωτόκολλον) es una regla que guía de qué manera debe realizarse una actividad, especialmente en el mundo de la diplomacia. En el campo de los servicios diplomáticos y gubernamentales, el protocolo es a menudo pautas no escritas, tales como especificar el comportamiento apropiado y generalmente aceptado en los asuntos de Estado y la diplomacia, mostrar el debido respeto a un jefe de Estado, colocar a los diplomáticos según el orden cronológico de su acreditación en la corte y así, sucesivamente.
En política internacional una definición sería: Protocolo es la etiqueta usada en la diplomacia y asuntos de Estado. También puede referirse a un acuerdo internacional que complementa o modifica un tratado.
Protocolo social es el conjunto de conductas, reglas y normas sociales que deben conocerse, respetarse y cumplirse, no sólo en el medio oficial ya establecido, sino también en el medio social, laboral, académico, político, cultural, deportivo, policial y militar. Cuando dentro de una organización se aprecia como pertinente aplicar el protocolo, se crea uno interno basado en la potencialidad de las autoridades que forman parte de la misma; esto le permite llevar a cabo sus actividades en general.
El protocolo debe comprender las buenas maneras y educación y el arte de comportarse en público, (lo que se conocía como urbanidad). Además de un conjunto de técnicas, normas y tradiciones mediante las cuales deben organizarse los diferentes actos , eventos ,celebraciones, que promueven tanto las instituciones públicas como las privadas, y, por ello, se sitúa en el campo de la organización, tanto en el quehacer diario de una institución, como de la gran organización, para que sea profesional y se desarrolle acorde con los objetivos que se fijan por las entidades organizadoras.
Historia[editar]
Es el conjunto de normas que deben seguirse en los actos públicos solemnes o en cualquier acto social. Según sea la solemnidad del acto y el momento del día en que se desarrolle, determinará la etiqueta a llevar, para evitar la diversificación y tener homogeneidad....
La historia del protocolo está muy llena de exageraciones que podríamos llamar vanidades humanas, que han tenido su origen por diferentes razones como el despotismo, el poderío militar de algunos pueblos o el progreso material de otros lo cual daba a esta materia una verdadera complejidad al introducir desavenencias o disputas entre los pueblos que en ocasiones terminaron en guerras en especial en ciertos países orientales, por el despotismo de las cortes y por su etiqueta igualmente despótica. El protocolo ha existido desde los tiempos más remotos.
Confucio vivió 500 años antes de Cristo y plasmó el pensamiento y las costumbres de la nación china. Ya en la edad madura, deseoso de hacerse experto en todo lo relativo al ceremonial, dejó el pequeño estado de Lu para trasladarse a la capital con el fin de estudiar las reglas de la etiqueta. Estableció un paralelo entre la moral y los buenos modales, la etiqueta y ceremonial.
Por otra parte, el evangelio de San Lucas que se lee el XVI domingo después de Pentecostés dice:
«Cuando seas convidado a bodas no te coloques en el primer puesto porque puede llegar otro invitado de mayor distinción que tú y entonces el dueño de casa te insinuará que pases al último lugar».
Esta parábola la relataba Cristo para decir que el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado; pero, a su vez, deja establecido que ya existían normas sobre la colocación de comensales de acuerdo con su rango y jerarquía.
Encargado del protocolo[editar]
Dentro de las obligaciones del encargado del protocolo están: hacer y recibir invitaciones, incluyendo las precedencias en una mesa principal, el tratamiento que se debe tener con ciertas autoridades ya sean políticas o eclesiásticas (ejemplo: presentar a los invitados al dignatario, como a la reina de Inglaterra, un embajador, etc.). A nivel empresarial se encarga de organizar juntas de accionistas, congresos, ferias, y conferencias, siendo así una de las ramas principales de las relaciones públicas asumiendo lo que se conoce como relaciones institucionales. Asi mismo, actúan como agentes de imagen personal.