La escapada gallega de Ruth Beitia
La campeona olímpica pasó unos días en la Ribeira Sacra, donde disfrutó del Cañón del Sil y los viñedos, con su amiga la atleta monfortina Saleta Fernández
30/08/2017 05:00 h
La Ribeira Sacra tiene cada vez más proyección como destino turístico. Su espectacular paisaje está siendo un auténtico reclamo para los reportajes de televisiones nacionales e internacionales. También es el escenario en el que se desarrolla el argumento principal de la novela de Dolores Redondo Todo esto te daré, con la que ganó el Premio Planeta. Quizás por ello comienza a llamar la atención de los deportistas de nivel. En su momento pasaron por la Ribeira Sacra los jugadores de baloncesto Pau Gasol y Juan Carlos Navarro. Este fin de semana fue el turno de la campeona olímpica de salto de altura Ruth Beitia. Actuó de anfitriona la subcampeona de España, la monfortina Saleta Fernández, con la que le une una gran amistad.
La atleta gallega entrena desde hace dos años en Santander con Beitia, una deportista a la que siempre consideró su ídolo y el espejo en el que mirarse. La visita estaba programada desde hace tiempo, pero su agenda no permitió que se llevara a cabo hasta este fin de semana.
Llegó a Monforte el viernes y regresó a Santander ayer. La primera visita la efectuó a uno de los lugares más conocidos de la ciudad del Cabe, la Torre del Homenaje, ubicada en el monte de San Vicente. Al día siguiente paseó por la zona peatonal, donde su presencia despertó una gran expectación. Fueron muchos los que se acercaron a la cántabra para sacarse una foto. Con todos se mostró muy campechana y afectuosa. «No puso ningún reparo. Es más, incluso se levantó de las comidas y de las cenas para atender a la gente», comenta Saleta Fernández.
Además de ser campeona en la pista, también estuvo a la altura en las atenciones que dispensó a los aficionados, con los que intercambió impresiones sobre su trayectoria sin desvelar lógicamente sus planes de futuro. De su estancia en la Ribeira Sacra le llamó mucho la atención el colegio del Cardenal por su similitud con el Escorial. En el monumento monfortino visitó la pinacoteca, que destaca por la presencia de dos obras del Greco.
Pero lo que más le gustó fue el paisaje que divisó en su viaje en catamarán por el Cañón del Sil. «Mostró mucho interés por la forma de trabajar los viñedos y de vendimiar», explica Saleta Fernández. Beitia no desaprovechó la oportunidad de catar los vinos. Lo hizo en la bodega Abadía da Cova, ubicada en O Saviñao, donde participó en una visita guiada «Le gustaron mucho y se llevó varias botellas», dice la atleta monfortina. En lo gastronómico quedó entusiasmada con el pulpo y la empanada.
Prometió volver
Los días se hicieron cortos, por lo que Beitia se quedó con ganas de una nueva visita. «Quedó gratamente sorprendida con la Ribeira Sacra, y me prometió que regresará para viajar a otras zonas, ya que el abuelo de su madre era gallego», indica la atleta monfortina. Saleta cumplió otro sueño. «El primero fue entrenarme con Ruth y el segundo traerla para que conociera mis raíces», concluye.