El devastador terremoto de Lisboa de 1755, que dejó en ruinas a la capital portuguesa y gran parte de Europa occidental, podría haber sido mucho más que un desastre aislado.
Según un nuevo estudio, el temblor de magnitud superior a 8 en la escala de Richter no solo fue la peor catástrofe sísmica de su época, sino también una de las primeras señales de un proceso profundo en el fondo del Atlántico.
Artículo #1014 | Actualizado: 06:53:56