Tras el verano, es habitual que aparezcan durezas en los pies. Un podólogo recomienda mantener la piel hidratada, usar limas o piedra pómez para eliminarlas suavemente y utilizar cremas específicas. Además, aconseja evitar el calzado ajustado y realizar masajes circulares en las zonas afectadas. Si las durezas persisten, es importante acudir a un especialista para un tratamiento adecuado.