Han transcurrido casi cinco décadas desde que el petrolero Urquiola naufragara frente a las costas de La Coruña, pero su recuerdo permanece vivo en la memoria colectiva de la ciudad. Al igual que el más reciente accidente del Mar Egeo, quienes presenciaron la tragedia de 1976 aún conservan vívidas imágenes del desastre medioambiental que conmocionó a la región.
Lo que muchos desconocen es que, de manera simbólica, el Urquiola continúa 'humando' en la actualidad. No literalmente, pero casi.
En el número 93 de la calle de la Torre, un establecimiento hostelero ha encontrado un uso singular para lo que fue una de las chimeneas del buque siniestrado. Este peculiar elemento naval se ha integrado en la decoración del local, sirviendo como testimonio permanente de aquel episodio histórico.
El accidente del Urquiola marcó un antes y un después en la conciencia medioambiental gallega. El petrolero, cargado con más de 100.000 toneladas de crudo, encalló frente a la costa coruñesa provocando una marea negra que afectó gravemente al ecosistema marino y a la economía local.
Las labores de limpieza y contención se prolongaron durante semanas, dejando imágenes imborrables en la retina de los coruñeses. La persistencia de estos recuerdos demuestra cómo los eventos traumáticos perduran en la identidad de las comunidades costeras.
La reconversión de elementos del naufragio, como esta chimenea ahora integrada en un establecimiento hostelero, simboliza la capacidad de resiliencia y adaptación de una ciudad que ha aprendido a convivir con su historia marítima, incluso con sus capítulos más dramáticos. Este peculiar caso de 'arqueología industrial naval' nos recuerda que la memoria de los naufragios no se limita a los archivos históricos o los documentales, sino que puede manifestarse en los espacios cotidianos de la ciudad.
Artículo #1273 | Actualizado: 08:06:53