Las abejas comienzan su trabajo primaveral en el Macizo central.
Las colmenas que tiene Sovoral, una empresa famililar liderada por mujeres, están a 1.100 metros de altura. Mientras muchos apicultores no han podido comercializar su producto debido al cierre de las ferias, que se reanudarán el lunes, a estos «pastores de obejas» les ha salvado el trabajo en eventos como Biocultura y su tienda «online».
maría cedrón
redacción / la voz 01/05/2020 14:02 h
Ya es mayo. Mes de las flores. Lo saben bien las abejas que habitan los montes del Macizo central ourensano, unas cumbres que están a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar. Porque es en esta época, desde finales de abril, cuando las plantas de las que crean su miel empiezan a brotar esos pequeños capullos que luego surtirán a estas laboriosas abejas. Por eso, para ellas es tiempo de despertar del letargo invernal. Lo saben bien Óscar Cid y Lucía Afonso, dos pastores de abejas. Ella y sus hermanas lideran Sovoral, una pequeña granja familiar de miel cruda ecológica sin filtrar liderada por mujeres. Lucía trabaja a pie de campo, en la producción. Sus hermanas, desde Londres, controlan la página web, las etiquetas, el diseño.... Óscar les ayuda en las ferias. «Nesa altura a floración é un pouco máis tardía porque a temperatura é máis fría», apuntan.
Óscar y Lucía en su puesto de la última feria Biocultura celebrada en A Coruña --
Sus abejas revolotean entre ericas, castaños, genistas, serbales... Porque están ubicadas en plena Red Natura 2000, aisladas de cualquier tipo de contaminación. A 1.100 metros de altura las flores dan menos néctar, pero eso provoca al mismo tiempo que las obreras lo vayan introduciendo más lentamente en la colmena. El resultado: una miel más densa y concentrada.
La diferencia
Eso es lo que suelen explicar a los que se acercan por su puesto en las ferias de productos ecológicos a las que suelen acudir para promocionar un producto que luego comercializan en tiendas especializadas o a través de una web que echaron a andar en el 2013. El curioso aprende que Ourense es toda una potencia apícola y que la miel que procede de flores del campo que nacen de forma espontánea tiene unas propiedades que la hacen diferente.
Al contrario de lo que ha sucedido a muchos apicultores perjudicados por el cierre de más de un mes de los mercados locales o las ferias (a partir del lunes en Galicia podrán reanudarse los mercados locales), a ellos los salvó precisamente haber sembrado durante años en bastos campos como Biocultura de Barcelona, un evento al que este año,en cambio, no han podido acudir después de que fuera suspendido como medida preventiva frente al coronavirus. Durante el período de alarma están recogiendo los frutos de esa gran cosecha. «Sálvanos o traballo das feiras onde nos damos a coñecer á xente ou ás tendas e a tenda online», explica Óscar.
No solo tienen miel de flores de especies como el castaño o el brezo, también tienen otras de diversas flores que procede de colmenas de alta montaña o una en la que mezclan el propóleo con la jalea real. Hasta hay licor de miel, que no es lo mismo que el hidromiel.
