
El mayor terrateniente gallego, de 'compras' en el Condado
- photo_cameraAladino Barros, considerado el mayor terrateniente de toda Galicia, con miles de hectáreas de su propiedad.
www.atlantico.net/author/roma-tebar">https://www.atlantico.net/author/roma-tebar" target="_blank" class="Hyperlink SCXW37952175 BCX8" style="padding: 0px; user-select: text; -webkit-user-drag: none; -webkit-tap-highlight-color: transparent; text-decoration-line: none; color: inherit;" rel="noreferrer noopener">Roma Tébar - 30/OCT./22
Aladino Barros, músico de profesión y empresario, empezó a comprar tierras hasta convertirse en el propietario más impotante de Galicia sumando 313 ayuntamientos
Aladino nació en Cerdedo, O Carballás, en medio del campo, en una finca de Soutelo de Montes cuando su madre se puso de parto mientras cogía hierba para darle de comer a una ternera. “Así nací yo”, cuenta Aladino a este diario.
Mucho antes de ser “terrateniente”, fue músico. “Empecé en la orquesta Poceiro de Pontevedra a los 12 años, mientras aprendía a tocar el acordeón". Luego, estudiando piano, unos músicos de Marín "me vinieron a buscar y me eligieron entre cinco alumnos, y estuve con ellos hasta que fuí a la mili". Al volver, Aladino siguió con la música pero ya pisando escenarios. “Era 1972 y recuerdo que iba todos los domingos a tocar al Jardín Club de Vigo y hacía doblete con verbenas” hasta que en 1974 montó su tienda de música en Pontevedra. "He viajado muchísimo y soy muy conocido en toda España y parte del mundo”. En una ocasión -cuenta-, tuvo que ir a La Argentina para comprar ínfimas partes a un montón de propietarios para conseguir una gran finca.
Su vida cambió con una gran nevada. “vi como unas vacas dormían al raso, y se me ocurrió comprar 30 terneras tudancas y un novillo, las eché al monte” y luego compró más vacas. En 1984 de Toronto a Santiago “me traje terneras y las llevé a fincas de Pontevedra y Lugo”. Y ese mismo año “empecé a comprar terrenos, hasta hoy” convirtiéndose en el terrateniente más importante de toda Galicia.
https://ad.doubleclick.net/ddm/trackclk/N1406846.1921831INVIBES/B2877069..." target="_blank" class="Hyperlink SCXW37952175 BCX8" style="padding: 0px; user-select: text; -webkit-user-drag: none; -webkit-tap-highlight-color: transparent; text-decoration-line: none; color: inherit;" rel="noreferrer noopener">Un experimento para una inmensa minoría que quiere pensar por sí misma.
En la empresa que creó -Picolo Rancho-, solo compra fincas rústicas, nada de suelo urbano, y una vez adquiridas se escrituran ante notario. Y así lleva 40 años de su vida. “Ponemos todas las fincas a funcionar y las alquilamos a jóvenes agricultores y a grandes empresas y otras se dedican a madera o plantaciones de árboles autóctonos para CO2. ”Procuroayudar aunque el trabajo es enorme porque en Galicia hay mucho minifundismo", pero él ha logrado reunir miles de hectáreas en las cuatro provincias (313 ayuntamientos). Y la exigencia es comprar 150 hectáreas cada año. Ahora se mueve por el Condado “y ya hemos comprado terrenos en Salceda, Mondariz y en Arbo y Crecente, estos dos” son los más caros", señala a este diario.