Las últimas viviendas nuevas a la venta en A Toxa se han devaluado a la mitad
Hace una década se ofrecían residencias por un millón de euros -Parece que algunas de las que se ofertaban en la parcela Z-3 a 650.000 euros se vendieron por apenas 300.000
manuel méndez o grove 09.01.2019 | 02:15
La urbanización residencial en la parcela Z-3.1, en la isla de A Toxa. // Muñiz
Aunque ahora trata de recuperarse, y parece que poco a poco lo está logrando gracias a la ayuda de la inversión privada, la crisis del ladrillo, la desaceleración económica y la falta de inversión hicieron que la que fue isla estandarte del turismo en Galicia, A Toxa, perdiera peso en las últimas décadas; al tiempo que surgían nuevos destinos y aumentaba la competencia.
A medida que el emblemático territorio insular perdía protagonismo bajaba el precio del suelo, pero también la demanda de vivienda, de ahí que chalés o apartamentos de lujo que se vendían por un millón de euros acabaran despachándose prácticamente por la mitad o sigan todavía en venta.
En el año 2005 el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) autorizaba a la empresa Tojamar la urbanización del último terreno virgen de la isla susceptible de ser urbanizado, la parcela Z-3.1, de 27.071 metros cuadrados. Y así, con una inversión aproximada de unos diez millones de euros, iban a surgir alrededor de 125 viviendas de lujo con un volumen edificable de 69.000 metros cúbicos.
De este modo se pusieron en el mercado residencias individuales de 84 metros cuadrados con 31 más de terraza o jardín y con dos habitaciones por 680.000 euros.
La oferta se disparó y aquel oasis inversor situado en el corazón de A Toxa se había convertido en la última oportunidad para habilitar un paraíso natural y hacer negocio.
Pero las ventas no funcionaron como se esperaba y muchas de las viviendas que como media se situaban entre los 450.000 y los 650.000 euros acabaron entregándose por unos 250.000 o 300.000 euros.
Fue así como la lujosa urbanización impulsada por la promotora Vidal Lamelas a través de Tojamar fue perdiendo peso, la sociedad se disolvió y actualmente, ya en manos de un fondo de inversión inmobiliario, parece que quedan aún unas cuarenta unidades de vivienda sin vender.
"La crisis se notó muchísimo y había que ajustar los precios a la realidad, pero aún así quedaron muchas viviendas nuevas sin vender, tal vez demasiadas", explican expertos en el sector inmobiliario con negocio en el Concello de O Grove.
"Las últimas parcelas edificadas vendidas en la Z-3 se despacharon a un precio muy inferior al que estaba previsto, y las 44 que quedan por vender van por el mismo camino", explica otro promotor.
Quien sabe mucho de esto, ya que es responsable de la inmobiliaria Lisgar, es Pedro Lis, que precisamente tiene a la venta una buena cantidad de pisos, apartamentos y chalés de segunda mano en el territorio insular.
"Lo que sucedió en A Toxa y en el conjunto de O Grove fue, básicamente, lo mismo que en todo el país: la crisis se hizo notar y los precios se desplomaron", argumenta.
En el caso concreto de la localidad meca con el agravante de que carece de Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) y las Normas Subsidiarias de 1996 fueron paralizadas unos años después, estancándose por completo la construcción.
"Es por ello que no hay obra nueva desde hace mucho tiempo -agrega Pedro Lis-; actualmente se está realizando una rehabilitación importante en un edificio, pero poco más; de ahí que lo que se está vendiendo sea lo construido hace diez años o más".