Premios Goya: Benedicta Sánchez, actriz revelación a los 84 años.
La gallega protagoniza 'Lo que arde', el último film de Oliver Laxe, ganador del Premio del Jurado de Un Certain Regard de Cannes y nominado a cuatro Goyas.
Benedicta Sánchez, protagonista de 'Lo que arde', ha sido una de las revelaciones del año. (EFE)
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FdV - 25/01/2020 05:00 - Actualizado: 25/01/2020 22:13
No ha sido la mujer de más edad en estar nominada al Goya a Mejor actriz revelación —Antonia Guzmán optó a la estatuilla a los 93 años—, pero con 84 inviernos a sus espaldas, Benedicta Sánchez, es una intérprete novata inusual. La fama le ha pillado por sorpresa cuando llevaba una vida tranquila en la Galicia rural, donde nació un año antes del estallido de la Guerra Civil y donde ha rodado su primera película, 'Lo que arde', de Oliver Laxe, ganadora en Cannes del Premio del Jurado de la sección Un Certain Regard. Benedicta es Benedicta, la madre de un pirómano exconvicto que vuelve a casa después de cumplir su condena. Una madre que no es coraje, sino resignada. De piel dura y vetas en el rostro, como la corteza de los eucaliptos gallegos. Acostumbradas a la soledad y al trabajo duro, ambas Benedictas se encuentran incómodas con el exceso de atención, con estar en boca de sus vecinos. "Toda esta historia de fama y tal es algo que me puede. ¡Madre mía de mi alma, estoy hasta en la sopa!", bromea al otro lado del teléfono.
El último de los giros que ha dado su vida —porque, créanlo, ha sido intensa— le ha sobrevenido sin quererlo, gracias a un casting al que le empujó su hija para una película pequeña que ha acabado compitiendo en cuatro categorías de los Premios de la Academia, cuya ceremonia de entrega se celebra este sábado noche. "Yo no tenía ningún interés en ningún papel, pero mi hija está en ese medio y lo conoce. Me dijo que había un casting, que si la acompañaba. También iban unas amigas. Mi hija me dijo: 'Ven, que así conoces a gente, que tú no conoces a nadie'. Así que me animé, sin ninguna pretensión. ¡Por amor de Dios! ¡Qué iba a pensar yo!". Sánchez carraspea. Está resfriada y no le apetece ir hasta Málaga, donde tendrá lugar la gala, y menos con el temporal. "Me siento más vieja de lo que soy", explica.
Amador Arias y Benedicta Sánchez en 'Lo que arde'. (Numax)
Esta noche paseará por la alfombra roja, pero Sánchez no olvida una infancia llena de penalidades. "En mi niñez me dediqué a guardar animales: vacas, ovejas y cabras. Ayudaba en el campo. Luego me casé muy joven [17] y también tuve gallinas y conejos. De pequeña venía a Lugo una vez al año, aunque luego estudié allí. Para nosotros era prohibitivo. La posguerra. Yo tenía traumas con el gallego, porque la gente de campo hablábamos gallego y cuando llegábamos a la ciudad se burlaban de nosotros. Tenía muchos complejos. Pero luego emigré a Brasil en el año 60. Es un mundo aparte, comparado con lo que yo conocía", recuerda. Con 24 años, en 1960, emigró a Brasil. "Trabajé en la casa de una familia, en un bar y en una librería. Pero los quince años más bonitos de mi vida fueron en los que fui fotógrafa autónoma. Tenía mi laboratorio. Fui muy feliz. Cuando tienes la edad que tengo yo, has visto y vivido muchas cosas muy diferentes".
A la gallega nunca le ha interesado particularmente el cine, pero su participación en 'Lo que arde' le ha dejado huella. "Cuando vi la película me identifiqué como nunca antes con mi tierra, con Galicia. Especialmente como empieza, con la música y los eucaliptos. ¡Madre! Sentí que mis raíces eran muy largas… Se me llenaron los ojos de lágrimas". Y para Laxe solo tiene buenas palabras. "Oliver solo me pidió que fuese más lento y que me dejase crecer el pelo. Fui 'sin boca' [sin dentadura] y no me pidió que me la pusiera. No me pidió nada y lo poco que me pidió lo hizo con toda la humildad y la educación. Yo tengo un temperamento muy acelerado. Y Oliver me tuvo que bajar el ritmo. Me decía: '¡Cámara lenta!'. No me exigía. Yo pensaba que iba a salir otra persona después de la experiencia, pero a mi edad no se cambia, solo queda resistir".
Benedicta Sánchez (O Corgo, Lugo 1935), nominada al Goya a Mejor actriz revelación. (EFE)
Sánchez confiesa haber disfrutado de las semanas de rodaje con la compañía del equipo y confiesa que le hubiese gustado ser más joven para haber disfrutado la experiencia plenamente. "Me hacían correr por la campiña. Se ve que estaban mirando si aquellos engranajes estaban engrasados. Y yo miraba a todos aquellos chicos muy guapos y muy majos y les miraba como una vieja. Les hacía bromas cuando, por ejemplo, el de sonido, me quería poner el micrófono aquí y allá. Y yo le decía: 'Te voy a denunciar por acoso'. Para que no tuvieran reservas con la vieja, para hacer la cosa más divertida", cuenta entre risas.
La actriz reconoce que existen muchas diferencias entre ella y el personaje que interpreta. Y lo hace con mucha gracia. "A mí no me cabe en la cabeza que venga mi hijo de la cárcel y yo no saliera como un rayo a abrazarlo. Voy lentamente hacia él y le pregunto si tiene hambre. O que el pueblo lo esté acosando y yo no me líe a patadas con todos. O les abro la cabeza o me la abren a mí. ¿Cómo voy yo a permitir que hagan de mi hijo una piltrafa? Oliver y su equipo están mostrando otra cara de la vida, pero en mi vida real eso sería imposible".
Benedicta Sánchez en otro momento de 'Lo que arde'. (Numax)
En O Corgo, su pueblo, Sánchez se ha convertido en la vecina del año. Pero ella le quita hierro a toda la atención que despertó en Cannes y que despierta en el camino hacia el Goya. "Yo sé que el cine tiene estas cosas y, quizás, si fuese un poco joven lo vería con otros ojos. Pero siendo tan mayor… Es algo que no entiendo", admite. "A mí nunca me ha gustado competir, sino colaborar. Ese Goya, si no me lo conceden a mí —que me gustaría más por Galicia, por Oliver, que por mí misma—, hay tres chicas muy majas que se lo merecen".