Agricultura propone almacenar aceite y vino como mecanismo para regular los mercados.
El ministerio estudia elaborar una norma de calidad para la uva con destino a vinificaciones sin denominación de origen o indicación geográfica protegida
M. Alfonso
Redacción / La Voz 01/08/2019 17:54 h
El Ministerio de Agricultura quiere regular de forma efectiva los mercados del vino y el aceite de oliva, dos sectores cuya producción anual presenta una gran variabilidad, sobre todo, debido a las condiciones meteorológicas de cada campaña. Explican desde el Gobierno que, a consecuencia de estas variaciones, los precios que perciben los agricultores están sujetos a una gran volatilidad lo que, en su opinión, hace necesario establecer mecanismos de regulación que permitan ajustar la oferta y la demanda. Estos pasarían, en parte, por almacenar temporalmente estos dos productos hasta que las condiciones de equilibrio entre oferta y demanda se reestablezcan. En el caso de los vinos, las medidas se refieren a productos sin denominación de origen ni indicación geográfica protegida, aclaran desde la Interprofesional del Vino de España, que está colaborando con el ministerio en el diseño de esta nueva estrategia.
El paquete de medidas que afectará al sector del vino ha sido diseñado por la Interprofesional del Viño de España (OIVE) y el Ministerio de Agricultura. Este explica que la reglamentación comunitaria ya recoge medidas de regulación y que su trabajo se ha centrado en mucho más que regular el volumen de vino en el mercado, pues buscan avanzar, además, en la mejora de la calidad de este producto con el fin de incrementar su valor. La OIVE, por su parte, explica que las actuaciones que se están estudiando se refieren, en su mayoría, a productos sin denominación ni indicación geográfica protegida. Medidas que «deben ser implementadas por la Administración, en caso de necesidad o desequilibrios puntuales del mercado, o bien requieren de emisión normativa o cambios legislativos», explican. Otras actuaciones, en cambio, podrán ser abordadas directamente por la OIVE en el marco de la herramienta de la extensión de la norma.
La primera de estas propuestas para el sector del vino se refiere a la elaboración de una norma de calidad para la uva de vinificación. Dicha norma podría incluir requisitos mínimos en materia de calidad de la uva, como el contenido máximo de ácido glucónico, graduación mínima o rendimientos máximos por hectárea. Parámetros que, actualmente, ya incluyen las denominaciones de origen en sus reglamentos. El objetivo de esta propuesta sería el de mejorar la calidad de los vinos. La segunda propuesta pasa por instaurar un sistema que permita retirar del mercado una determinada cantidad de vino, sin indicación geográfica y con unas características concretas, «La retirada se produciría cuando la oferta de vino fuera muy superior a las necesidades del mercado. La medida debe basarse en parámetros objetivos, transparentes y conocidos de antemano por los operadores del sector», alcaran desde el ministerio. «OIVE considera necesario contar con herramientas que permitan al sector ser más competitivo, mediante el fomento de la estabilidad y la calidad para lograr una mejor adecuación de la oferta en origen a las demandas de los mercados, siempre con el máximo respeto a las normas de competencia», insisten desde esta organización. Otra propuesta que se está estudiando es la de reforzar las medidas de control en materia de contenido alcohólico de los subproductos de vinifcación. En las próximas semanas se mantendrán contactos con el sector con el fin de elaborar una hoja de ruta con medidas concretas.
Ningua de estas dos propuestas tendría mucha incidencia en Galicia. Y es que la mayor parte del vino que se produce en esta comunidad autónoma está amparado por denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas.
Medidas para el aceite de oliva
En relación con el aceite de oliva, el ministerio está colaborando con las Cooperativas Agroalimentarias de España para poner a punto un mecanismo de autorregulación que permita, de manera voluntaria, almacenar temporalmente aceite de oliva de una determinada cantidad. Serán las cooperativas las que acuerden guardar una parte de su producción durante el tiempo necesario para que las condiciones de equilibrio entre la oferta y la demanda se reestablezcan. Las cooperativas, que aglutinan al 67 % de la producción del aceite de oliva, podrán de este modo efectuar un papel de regulación del mercado. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ya trasladó esta propuestas al comisario de Agricultura, quien le ofreció su apoyo. Además, el pasado 24 de julio hubo una reunión de todas las partes implicadas con la dirección general de Competencia de la Comisión Europea en la que, insisten desde el ministerio, se pudo constatar la voluntad de todas las partes para completar lo más rápidamente posible el diseño y la puesta a punto de este mecanismo. «España ha solicitado que la reglamentación comunitaria incorpore un dispositivo que permita una retirada de manera obligatoria de aceite de oliva por parte de todo el sector, no solo del cooperativo», explican en Agricultura.