Las rampas de Gran Vía se harán en cuatro fases y permitirán el ascenso de 7.300 personas cada hora
La obra arranca en mayo y se ejecutará en doce meses -Permitirá a los peatones subir a Plaza de España sin salirse del bulevar central -Obligará a realizar cortes puntuales en una avenida por la que circulan 22.000 vehículos diarios
a. méndez 17.02.2018 | 13:30
Las rampas de Gran Vía se harán en cuatro fases y permitirán el ascenso de 7.300 personas cada hora
La transformación de Gran Vía tiene como eje central la instalación de rampas mecánicas en un nuevo bulevar acristalado convertido en un exuberante jardín. Pero la reforma afecta también a toda la sección de calzada e incluye la renovación de las aceras. El plazo de obra se ha rebajado a doce meses y una de las claves de esta importante actuación licitada hace una semana por 8,9 millones de euros será su ejecución por fases con la intención de minimizar las afecciones al tráfico rodado en una de las principales vías de comunicación de la ciudad.
Las cintas deben estar en funcionamiento en primavera del año 2019 y su objetivo es unir espacios fundamentales en el desarrollo de la ciudad como la futura estación del AVE, los flujos comerciales propios de Gran Vía y las calles adyacentes y el nuevo edificio judicial de Pizarro. Se construirán once tramos con diferentes inclinaciones para permitir en menos de tres minutos el ascenso de 650 metros de calle con pendientes que oscilan entre el 7 y el 9,2%.
Por primera vez los peatones podrán realizar todo el viaje por el bulevar sin necesidad de salirse en las intersecciones de calles como María Berdiales o Venezuela, como sucedía hasta ahora. Las cintas tienen capacidad para transportar hasta 7.300 personas cada hora y aspiran a retirar vehículos particulares de la calzada.
El proyecto pretende reforzar la seguridad de los peatones colocando los pasos de cebra en zonas centrales y colocando dispositivos luminosos en las aceras para advertir del cambio del semáforo a quienes vayan pendientes del móvil. La estructura acristalada que permitirá usar las rampas en días de lluvia cambiará de colores y el diseño interior del paseo cubierto se diseña como una masa vegetal "alta y densa" para que a los usuarios no les afecte el ruido externo del tráfico. Este espacio se dotará de nuevas esculturas, música ambiente y pantallas luminosas.
Los estudios realizados Iceacsa establecen cuatro etapas diferenciadas de obra en las que se irán cortando de forma progresiva los carriles en función de las necesidades de colocación de maquinaria y materiales. El gobierno local recoge ofertas de constructoras hasta el 22 de marzo y prevé arrancar los trabajos en el mes de mayo. Está previsto que a lo largo de los doce meses se vean afectados como mínimo dos carriles de circulación, uno en cada sentido, circunstancia que exigirá un gran esfuerzo de coordinación con la Policía Local y el departamento de Seguridad por la necesidad de habilitar desvíos alternativos y cambiar la red semafórica para evitar atascos en una avenida por la que circulan cada jornada 22.000 vehículos en dirección al centro de la ciudad y algo más de 21.000 hacia la avenida de Madrid.
La humanización del vial lleva incorporado un estudio sobre el arbolado en la zona en la que los técnicos concluyen que será necesario talar los 41 castaños de indias y los 13 tilos plantados hace medio siglo a lo largo de la calle debido a su estado de conservación "inestable" y a los problemas que generan a las viviendas más bajas. Serán sustituidos por una amplia variedad de árboles y setos de gran colorido para crear la sensación de un jardín vertical.