El 48% de las localidades desiertas están en la comunidad gallega.
El éxodo del rural, el progresivo envejecimiento de la población que todavía resiste en el campo y la baja natalidad que caracteriza sobre todo al interior de la comunidad provocan que Galicia vaya en cabeza, frente al resto de las autonomías, en lo que a pueblos abandonados se refiere. Tanto es así que acapara el 48% del total, según los datos del INE. Así, en todo el Estado contabiliza 3.051 aldeas deshabitadas, poco más del doble de las gallegas (1.469).
Sin embargo, para alguno de esos núcleos de población la historia no está cerrada, ya que, si bien algunas acaban con el marcador de habitantes a cero, al año siguiente, o después, pueden recuperar habitantes, como ya está ocurriendo. De hecho, comprar una aldea puede salir más barato que hacerse con un piso. Aunque algunas cuestan medio millón de euros, otras se pueden adquirir por la cantidad más módica de 30.000.