La almeja, capaz de propiciar desarrollo económico, se corona como la "reina" de la acuicultura gallega
El bivalvo de los parques de cultivo "carrilexos" atrae a miles de personas en su exaltación anual - La Xunta escenifica su respaldo al sector - La cofradía cosecha otro éxito incontestable en su apuesta promocional
FdV - manuel méndez 19.08.2019 | 05:14
Preparación de las tapas en la fiesta de carril // Noé Parga
Vilagarcía, la ría de Arousa y Galicia vivieron ayer un día grande de promoción gastronómica y turística. Y todo porque el puerto de Carril albergó su Festa da Ameixa, en defensa de un producto avalado por una marca propia de calidad y diferenciación cuya explotación es sinónimo de riqueza en diferentes villas y que, junto al mejillón, es la mejor prueba de las enormes posibilidades de la acuicultura.
Así quedó puesto de manifiesto en esa multitudinaria fiesta gastronómica impulsada por la cofradía de pescadores Santiago Apóstol; una cita que respaldó la Xunta con la presencia de representantes tan destacados para el sector del mar como su conselleira, Rosa Quintana. Fue ella quien más incidió en el papel del bivalvo, aclarando que "toda la almeja es muy buena en Galicia, pero la de Carril es mejor".
Después de sus muestras de complicidad con el patrón mayor, José Luis Villanueva, dando a entender que las viejas disputas entre cofradía y Consellería parecen enterradas, incidió en que la almeja carrilexa tiene "una calidad extraordinaria", llegando a sugerir que "tendría que ser obligatorio consumirla".
En un tono menos festivo y más institucional, proclamó que la marca que diferencia esta almeja por su calidad y garantiza su trazabilidad le brinda un futuro prometedor y ofrece plena tranquilidad al consumidor de la almeja de Carril, tanto la de fresco como la transformada. Al igual que subrayó que el reglamento para reordenar definitivamente los parques de cultivo es "una muestra del compromiso de la Xunta" que ofrece "plena seguridad jurídica" a los acuicultores.
En relación con esto, apostilló Quintana que los parquistas, tras "quinientos años de historia", pueden mirar al futuro con esperanza, refiriéndose así a "más de 650 familias arousanas" que se benefician de un proceso de revisión que antes de que termine el año va a entregar los títulos definitivos de todos los parques de cultivo, pues son 1.169 y se concedieron ya 1.152.
En ausencia, un año más, del alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, otro de los protagonistas fue el conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, investido como miembro de la Orde da Ameixa do Carril junto a la directora xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica, Mercedes Rodríguez.
El conselleiro se comprometió a consumir y promocionar la almeja carrilexa tantas veces como le sea posible, e hizo suyas las palabras de Vicente Risco cuando decía que "Galicia es un mundo". Aunque él añade: "Es uno de los mejores mundos posibles".
Fue en ese escenario donde presumió de la cultura milenaria de Galicia, su paisaje, la productividad de sus rías y, sobre todo, de la almeja de este puerto, una de las grandes protagonistas de la "prodigiosa gastronomía gallega".
Esto lo llevó a aseverar que "genera riqueza, empleo y orgullo", no sin antes insistir en que Carril y la ría de Arousa son "la mejor zona de cultivo de almeja del mundo", al igual que sus parquistas son "los que mejor saben cómo cultivarla y mimarla".
Junto al conselleiro se encontraba Ángeles Vázquez Suárez, subdirectora xeral de Acuicultura, a quien se distinguió con la Ameixa de Ouro, mientras que la de Prata fue para el empresario Jesús Paz Parracho, "Suso de Cruces", presidente de la Cofradía dos Viños Rías Baixas. El título de Parquista Xoven recayó en Óscar de Jesús Meijide, y el de Parquista de Honra se lo llevó María Josefa Franco Fernández.
Una pequeña parte del público, llegado de toda Galicia, diversas regiones de España y del extranjero –había muchos turistas– siguió de cerca esos nombramientos y los discursos pronunciados en la alameda de Carril, con vistas a la histórica y protegida isla de Cortegada y a los parques de cultivo.
La fiesta comenzó con una bendición de almejas y comensales a manos del cura Luis Diego, que ofició una rápida ceremonia en el mismo palco donde se aposentaron autoridades y representantes de la veintena de cofradías enogastronómicas de España, Portugal y Francia asistentes. La mayoría se levantaron en la ceremonia, aunque cofrades como Lino Mouriño, representante del gobierno vilagarciano, permanecieron sentados, dejando claro que son aconfesionales.
Tras la bienvenida y el reparto de insignias tomó el micrófono el actor y humorista Luis Zahera, esta vez en calidad de pregonero. Se encargó así de hacer las delicias del público, aunque bien es cierto que muchos turistas no entendieron una palabra, ya que intervino en gallego. El poseedor del premio Goya recordó su infancia entre Santiago y A Illa, cuando pasaba por Carril y no entendía que fuera posible arar el lecho marino para extraer almejas, aunque él creía, inocentemente, que aquello eran patatas.
También recordó con cariño y simpatía la anécdota que identifica a los vecinos de Carril con el apodo de "afojacristos"; el mismo cariño del que hizo gala al contar su primera y clandestina visita a Cortegada, donde quedó maravillado con el "bosque encantado" de laureles.
De la degustación propiamente dicha puede destacarse que desde la cocina –habilitada en la lonja– se servían las suculentas raciones –lógicamente con su tradicional salsa marinera– a un ritmo frenético durante toda la mañana, y buena parte de la tarde. Un ejército de colaboradores se ocupó de cocinar y distribuir el bivalvo, además de bebida, pan y todo lo necesario para saborear este manjar.
En la zona portuaria se formaron largas colas para retirar los tickets con los que adquirir las raciones de almeja, a 12 euros y con plato de recuerdo.