Jevaso, el gigante silencioso del textil
La compañía gallega moviliza más de 120 millones de prendas de ropa al año y da trabajo a 2.700 personas
El gigante silencioso del textil
D. Casas
redacción / la voz 23/01/2019 15:26 h
Cuenta en miles los metros cuadrados de que dispone en los centros de A Coruña, Braga (Portugal), Zaragoza, Barcelona y Meco (Madrid) y en millones la prendas de ropa que manipula cada año para atender a los cientos de pedidos que conforman su cartera de clientes como auxiliar del sector textil. Jevaso, fundada hace 35 años por el empresario Jesús Vázquez a la sombra de Inditex para quien inicialmente confeccionaba prendas de vestir, se ha convertido en una empresa sin competencia en España por los servicios que ofrece. Completa el círculo de una auxiliar del textil: confección, plancha y etiquetado, devoluciones y comercio electrónico.
Desde sus inicios, no ha dado puntada sin hilo. Y el salto a las grandes ligas del textil se lo proporcionó la última gran crisis económica. Miles de prendas regresaban campaña tras campaña a los almacenes de las marcas por el frenazo del consumo. Se abrió un nuevo nicho sin rival. «Fue en ese momento cuando apostamos por incrementar las inversiones y abrirnos a más mercados. Para ello, creamos dos nuevas líneas de actividad: la venta on-line y las devoluciones», o lo que en el sector se denomina logística inversa, comenta la hija del fundador María Vázquez. A sus 29 años y junto a su hermano, de 33 y director general de esta empresa familiar, Jevaso ya ha dado el relevo en su cúpula a la segunda generación con la participación aún activa de sus fundadores, Jesús Vázquez y su mujer Carmen Mosteiro.
Las últimas cifras de negocio resultan esclarecedoras. Unos 2.700 empleos -en los picos de producción más elevados-, y 200.000 metros cuadrados de superficie industrial repartidas en cincos centros logísticos por toda la Península (cuatro en España y uno en Portugal). Para hacerse una idea, la Cidade da Cultura (141.000 metros cuadrados) no sería capaz de acoger a todos sus edificios y naves. Y necesita más. Todo ello, para tratar las más de 120 millones de prendas que pasan por sus instalaciones, dotadas de una tecnología puntera capaz de agilizar los procesos y dar respuestas rápidas a las necesidades de sus clientes.
El crecimiento de esta empresa ha sido exponencial. Especialmente vertiginoso en los últimos años. Coincidiendo con la deslocalización masiva de la confección, la firma gallega mantuvo su taller de costura -que aún conserva para piezas de auténtica orfebrería-, pero se diversificó. «Las prendas que venían de fuera llegaban en cajas y contenedores y vimos la oportunidad de prepararlas mediante el planchado, etiquetado y puesta a punto para su venta en tienda. Con la plancha llegaron otros clientes». Así transcurrieron años, hasta el gran punto de inflexión que supuso para la firma la idea de darle una nueva oportunidad a las piezas de fin de campaña.
«Con ese sobrante de ropa, con millones de prendas que ya no servían, porque o se destruían o se vendían a un saldero al peso, buscamos la manera de darles una segunda vida», explica María Vázquez. Jevaso ofreció entonces a las marcas la posibilidad de recoger, arreglar y reparar. En definitiva, rehabilitar las piezas para devolverlas al mercado. Más de 30 grandes multinacionales (Inditex y Mango, entre ellas) y cientos de clientes más pequeños recurren a esta práctica que le proporciona la auxiliar gallega. Pero incluso firmas de lujo que destruían todo su remanente por cuestión de imagen rehabilitan ahora sus unidades más exclusivas para volver a mostrarlas en tienda. Una opción que también Jevaso proporcionará a la norteamericana Guess, con la que acaba de firmar un contrato para reacondicionar el sobrante de la marca en todo el mundo.
Si la logística inversa lidera la actividad de la auxiliar, la venta on-line le va a la zaga. «Las tiendas virtuales no tienen espacio físico y nosotros nos encargamos de sus producciones», explica la responsable de Diseño y Fabricación. Es lo que se denomina dropshipping, un tipo de venta al por menor donde el minorista no guarda los bienes, sino que recoge y pasa el pedido (y los detalles de envío) al mayorista, quien despacha las mercancías directamente al cliente.