Un comité científico sobre fauna y flora del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente acaba de hacer público un dictamen en el que concluye que el eucalipto es una especie invasora y recomienda incluirlo en el catálogo que las agrupa. El informe va más allá y pide que se extreme la precaución ante nuevas plantaciones, así como que se adopten medidas de erradicación. Lo llamativo es que este informe es la respuesta a una consulta que había formulado el Concello de Teo, que ya el pasado año había aprobado una moción «contra a eucaliptización».

El municipio coruñés trasladó este acuerdo al propio ministerio, concretamente a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, y desde el departamento liderado por Tejerina emplazaron al ayuntamiento a que probara que el eucalipto, ciertamente, era una especie invasora. El Concello recurrió al comité científico del propio ministerio, y este le ha dado la razón.

Lo más relevante es que este dictamen que recomienda incluir al eucalipto en el catálogo de especies invasoras ha abierto una brecha en el propio ministerio. De hecho, hay otro documento interno de la Subdirección General de Política Forestal que sostiene que el dictamen científico del comité «tiene una actitud tendenciosa» y que no se basa en criterios científicos, sino en opiniones personales y políticas.

Dicho de otra forma: el Gobierno sostiene que conviene no satanizar el eucalipto porque tiene relevancia en términos económicos y es un actor clave para la sostenibilidad de la cadena de valor de la madera. Y se opone a declararlo como especie invasora a pesar de las recomendaciones de sus científicos.

Esta polémica salta un día después de que el director xeral de Ordenación Forestal, Tomás Fernández-Couto, defendiese en el Parlamento gallego la revisión de un Plan Forestal que, entre otras cosas, limita la expansión del eucalipto. De hecho, prevé un incremento de 25.000 hectáreas durante las dos próximas décadas, de forma que represente el 16,4 % del monte gallego. Una cifra menor que la prevista para repoblar con pinares y frondosas caducifolias (100.000 hectáreas).

Galicia sigue a vueltas con el Plan Forestal 26 años después de aprobar el que incumplió. Y la Administración gallega todavía no ha logrado consensuar la estrategia con la cadena de valor, que hasta ahora se ha opuesto a lo presentado por la Administración autonómica. Galicia es una potencia forestal, pero podría serlo mucho más. Y eso que es líder en producción y exportación de madera.