La Galicia interior se queda vacía.
El censo sube en las provincias de Pontevedra y A Coruña y desciende en las dos interiores.
Marcos Martín Reboredo - FdV - 28/12/2019
La sangría demográfica en Galicia se agrava cada año que pasa. De hecho, el censo no ha parado de disminuir desde 2009. Y no solo eso. En todos estos años, ni siquiera ha mostrado un ápice de recuperación. El envejecimiento y el descenso de la natalidad son otros factores que complican el cambio de tendencia. En 2019, por primera vez en 23 años, la comunidad ha bajado del umbral de los 2,7 millones de habitantes. Concretamente, hoy se sitúa en los 2.699.499, tal y como recogen los datos de empadronamiento definitivos, con fecha de 1 de enero de 2019, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En este ejercicio, la población ha caído en el 74% de los municipios gallegos, pertenecientes, sobre todo, a zonas de interior; mientras que, en términos más generales, las provincias de Pontevedra y A Coruña, por ese orden, son las únicas que ofrecen resultados positivos, pues consiguen ganar residentes tras siete años de caída.
Galicia es, junto con Extremadura, Asturias y Castilla y León (además de la ciudad de Ceuta), una de las cuatro autonomías españolas que ha reducido su población respecto a 2018. En su caso, ha perdido un total de 2.244 vecinos (624 menos de lo que indicó el avance publicado en abril). De hecho, de los 313 municipios que conforman la comunidad, el censo ha menguado en 232 (73 en Ourense, 67 en A Coruña, 54 en Lugo y 38 en Pontevedra). Por contra, solo ha aumentado en 75, y únicamente seis ayuntamientos han mantenido exactamente los mismos números (Coirós, Moeche, Castro Caldelas, Cervo, Ourol y Rábade).
Galicia pierde un total de 2.244 vecinos en un año
Eso sí, esta hemorragia demográfica no afecta a todas las provincias ni a todas las localidades por igual. Sin ir más lejos, las dos provincias atlánticas han conseguido mutar la tendencia negativa que llevaban arrastrando desde 2012. Por un lado, está Pontevedra, que ha pasado de contar con 941.772 a 942.665 personas (893 más). A Coruña, por su parte, ha alcanzado los 1.119.596 inquilinos (245 nuevos). Ourense y Lugo son la nota discordante, pues ambas terminan el año en saldo negativo. La primera, con 1.642 residentes menos (307.651), mientras que la segunda echa en falta a 1.740 ciudadanos (329.587).
Por otro lado, Vigo, con 295.364 empadronados (1.722 nuevos) sigue siendo la urbe de Galicia con más habitantes y se aproxima a la barrera de los 300.000. De las otras seis grandes ciudades gallegas, crecen A Coruña (254.711; 861 más), Santiago (97.260; 855 más), Lugo (98.276; 251 más) y Pontevedra (83.029; 227 más); y solo Ourense (105.233; 272 menos) y Ferrol (66.065; 734 menos) merman.
La valoración que hace el Gobierno autonómico es que la comunidad tuvo “la mejor evolución de la población de los últimos nueve años”, pues “supone un descenso del 0,08% en comparación con la misma fecha del año anterior”. Además, considera que la evolución del padrón “es consecuencia directa del buen comportamiento del saldo migratorio”, ya que Galicia “ha conseguido atraer a miles de nuevos habitantes procedentes de fuera de la comunidad autónoma”.
El censo sube en las provincias de Pontevedra y A Coruña y desciende en los dos interiores
Nueve de cada diez hogares no tiene menores de 5 años
El 91,94% de los hogares gallegos no cuenta con ningún menor de 5 años, según la “Enquisa estrutural de fogares”, publicada por el Instituto Galego de Estadística. La situación mejora respecto a las casas que tiene menores de 16 años, aunque en 819.919 viviendas (el 77,15% del total) sigue sin residir ninguno.
Además, el 22,78% de los 1.062.822 hogares se corresponden a personas que viven solas. Eso sí, la tipología más habitual es la formada por una pareja con hijos (31,33%). Por otra parte, ha aumentado en un 4,86% el número de casas compuestas por personas de 65 o más años: un total de 252.732.
