La Ribeira Sacra, desde el bar.
Hoteles sí, pero sin destrozar el paisaje. Acabar con el feísmo, atraer a los jóvenes a la zona, facilitar las comunicaciones y hasta otro catamarán: las demandas de los vecinos de la Ribeira Sacra ante el reto de ser Patrimonio Mundial
Manuel González, Edelmiro Domínguez, Luis Viana, Diego González, Manuel Nóvoa, Francisco González, José Luís Rodríguez, Manuel Rodríguez, David Rodríguez, José Manuel Rodríguez y Roberto Pérez (ÓSCAR PINAL).
Elisabet Fernández 14/04/2019 07:54 h.
Emilio promete que es el más listo de la zona. "En sete minutos cruzo dúas provincias", se enorgullece este vecino de Nogueira de Ramuín a su llegada al bar O Xugo, en Carballedo (Lugo). La hazaña de Emilio no es otra que la peculiaridad de ese pueblo en el que creció el presidente de la Xunta, Os Peares, formado por cuatro municipios de dos provincias (Carballedo y Ferreira de Pantón en la parte lucense, Nogueira de Ramuín y A Peroxa en la ourensana). Cuatro ayuntamientos bañados por tres ríos y un puñado de vecinos de todos los lados que juegan al tute. La partida la echan en un bar lucense con prefijo telefónico de Ourense. Aquí no se puede hablar de límites. Así que, ¿qué mejor sitio para reivindicar que la Ribeira Sacra no tiene fronteras? Y en qué momento.
Los vecinos creen que habrá que mirar un poco más por este enclave turístico que aspira a Patrimonio Mundial de la Unesco. A los políticos, estos paisanos les anotan unas cuantas ideas.
Ilusión sí, quejas también
"Estamos ilusionados, pensamos que vamos a ter cousas que nos van a condicionar. Porque non imos facer o que queiramos. Sería interesante un plan urbanístico e paisaxístico. Non se verían as aberracións que vemos", dice Francisco González, que es el presidente de la asociación cultural Rodolfo Prada "Chamochín".
"O feísmo! Mira aquela casa sen dar os llanos. Son cousas que saltan á vista. Hai que cambialo", dice otro vecino.
Las infraestructuras
Hablan de optimizar recursos y temen destrozos medioambientales. "Parecemos Venecia. No pueblo de Os Peares hai sete pontes e tres ríos. Éunha aberración", se queja Manolo González.
Con todo, que se declara la Ribeira Sacra como Patrimonio Mundial les parece una gran oportunidad para la zona y es algo que contenta a la gente.
"Habería que preguntarse si estamos preparados. Hai infraestruturas? Aquí nos Peares temos este bar, O Xugo, que da comidas. Pero xa ves o espacio que hai. Tamén hai unha casa de turismo rural que está pechada. O que se necesita é infraestruturas a nivel hoteleiro. Porque está o parador de Santo Estevo e xa está", cuentan en el bar. "E facilitar as comunicacións, ese AVE que nos prometeron..."
Los jóvenes y el empleo
"Penso que aos veciños pouco nos vai cambiar. Pero ogallá sirva para que a xuventude lle tire algo máis esta zona. Que teñan oportunidades", dice Manolo González.
"A ver si nos poñen outro catamarán, que en Os Peares xa existiu. Sería unha boa cousa", dice otro.
Cada uno presume de su casa desde la panorámica que se ve en la terraza de O Xugo. "Mira que boa vista, teño. Desde aquí controlo a todos tomando café. Deberían arreglarnos o camiño un pouco", reivindica Luis Viana, de A Peroxa. Cuenta que va a patentar la siguiente frase: "Os Peares é a boca da Ribeira Sacra. Por aquí é a entrada". Edelmiro Domínguez tiene otra frase: "A quen non lle gusta que veña xente ao pobo?".
Atraer a los extranjeros, un objetivo
Hay carteles de "se vende" en la panorámica que se ve desde la terraza de O Xugo. El mercado inmobiliario nota un repunte de las ventas a extranjeros en la Ribeira Sacra. Los vecinos son conscientes, aunque desde el terreno, no ven los datos tan halagüeños. "Fai falta que houbera unhas cantas casas máis. Que se venderan algo máis", reivindican mientras señalan las residencias de sus nuevos vecinos. "Alí comprou algún madrileño, que veñen bastante tempo aquí. Agora na Semana Santa volverán". Otro vecino señala la casa que se compraron unos vallisoletanos. Muy cerca de Carballedo está lo que los vecinos llaman "el pueblo inglés", en el que en verano se llegan a juntar 2.000 chavales. Es un centro de inmersión lingüística único en España, ubicado en un antiguo pueblo que se construyó para albergar a los trabajadores de la presa de Os Peares y restaurado en 2009.
"Isto ten moita fama pola paisaxe, pero non se queda ninguén a dormir"
Los vecinos recuerdan que estamos en la "España vacía". Edelmiro Domínguez, que tiene una bodega, advierte: "Eu pronto vou morrer. O relevo xeracional é a auténtica desgracia. Os meus fillos traballan todos en Ourense. É moi difícil traballar nestas terras". La candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio Mundial de la Unesco le parece maravillosa, por supuesto. "Claro que nos gustaría que viñera máis xente á Ribeira Sacra. E se despois me van a bodega, charlan comigo, tomamos un viño e queixo...Pois xenial". Este vecino de Os Peares es el dueño de O Xugo y con su familia restauró la casa en la que se ubica. También está recuperando fincas en la zona. En la Ribeira Sacra hay oportunidad de negocio. "Iso si, boto de menos que os políticos leven á practica o que predican", dice.
Luis Viana apunta otra característica, la dificultad de aumentar las pernoctaciones que se extiende por todo el sector turístico de la provincia: "Isto ten moita fama polo paisaxe, pero aquí non se queda nadie a dormir".