Enrique, el vigués que llevó agua al desierto, estrella televisiva.
El ingeniero Enrique Veiga patentó una máquina capaz de producir miles de litros en los climas más secos del planeta
Enrique Veiga.
A.M. 15/08/2019 12:21 h.
Se llama Enrique Veiga (casi igual que el presidente del Puerto), es vigués nacido en 1939, ingeniero mecánico titulado en la escuela viguesa y especialista en frío industrial por el Institut Français. Ahora está al frente de una empresa en Sevilla, Aquaer, que ha obrado el milagro de llevar agua al desierto gracias a una máquina que logra condensar la humedad del aire, convirtiéndola en hielo. Uno de sus aparatos está instalado en Irán, donde se alcanzan temperaturas próximas a los 50 grados, y pese a ello recoge hasta 15.000 litros. Veiga se ha convertido en una auténtica estrella televisiva y esta semana apareció en "prime time" en El Hormiguero. En 2011 logró el premio al mejor invento del año y su fama crece.
Esta semana explicó de nuevo su invento y el éxito obtenido, si bien reconoció que no pocas veces se encontró "con el escepticismo o la ignorancia de gente supuestamente entendida, sobre todo al querer acceder a alguna ayuda estatal, y te das cuenta de que en nuestro país, se valora mucho más lo foráneo que lo nuestro". En el programa, tanto Pablo Motos como el actor José Coronado probaron el agua de la máquina, asegurando que tenía buen sabor.
Veiga abandonó Barreras, en Vigo, para transformar en Sevilla una actividad de pesca tradicional ya existente en congelados, para lo cual había que crear toda la infraestructura necesaria para este tipo de trabajo, incluyendo frigoríficos, muelles, accesos. "Cuando lo estaba proyectando en Vigo, me decían que estaba chiflado, que eso era imposible y que nadie lo había realizado hasta ese momento. Fue un éxito: desde las distintas bodegas de los barcos los bloques de pescado llegaban a la factoría sin que nadie los tocase, y allí eran clasificados, envasados y almacenados. Llegamos a hacer de Sevilla el segundo puerto de España más importante en descarga de congelados, después de Vigo", aseguraba.
Sobre su patente más famosa, destaca que el generador es capaz de obtener agua en climas desérticos "un producto que tiene una repercusión mundial tan grande que nos tiene a todo totalmente desbordados a todo el equipo de Aquaer, y nuestro mayor esfuerzo está dedicado a la construcción de estos generadores". Explica que el origen de su invento arranca en la década de 1990 cuando se produjo en España una sequía que causó una gran alarma social. "Mi experiencia en cámaras frigoríficas, donde hay que realizar con frecuencia desescarches, me hizo pensar en obtener el agua por un método parecido. La idea era instalar una fuente en la plaza del pueblo más afectado y que obtuviera el agua del aire. Actualmente hacemos lo mismo, pero la fuente la instalamos en el desierto. El generador de agua potable para climas desérticos es una máquina inteligente capaz de adaptarse a las condiciones climáticas", añade el inventor vigués.
En todo caso, aseguró que el generador de agua Aquaer para climas desérticos, "como así lo llamamos, ha sido concebido y creado, principalmente, para atender las necesidades humanas para beber. Esto debe ser y es nuestra preocupación principal para, de esta forma, poder atender a las necesidades de numerosas poblaciones que sufren la carencia de agua". Con todo, aseguró que el generador de agua es una máquina excelente para otros usos, como acondicionar locales donde haya una carga de calor latente importante, piscinas públicas, centros deportivos, iglesias. "Y también es eficaz para recuperar el agua perdida en las torres de refrigeración y condensadores y no solo recuperando el agua perdida, sino también evitando las incrustaciones, alargando su vida útil".