Con 111 años, a la peluquería y de cafés
Celestina Penabad, la abuela de Galicia, celebró ayer su cumpleaños en Xermade
Con 111 años, a la peluquería y de cafés ÓSCAR CELA
Xosé María Palacios
Vilalba 03/08/2018 07:44 h
Acudir una vez a la peluquería por semana. Lo que puede resultar una costumbre para muchas personas lo es también en el caso de Celestina Penabad, que no pierde ciertos hábitos ni tras haber dejado atrás holgadamente los 100 años. Esta mujer, que ayer cumplió los 111, es la persona de más edad de Galicia, y demuestra que la fidelidad a ciertas costumbres no se limita a las visitas semanales al salón de belleza: suele pasar todos los veranos en Roupar (Xermade), en donde vivió durante décadas, pese a residir habitualmente el resto del año en A Coruña con una de sus dos hijas, Teresa.
Actualmente necesita una silla de ruedas para moverse, pero pese a ello sale a calle prácticamente a diario: no ha perdido el gusto por el contacto con el aire libre, y el paseo marítimo coruñés es una de las zonas a las que la suele llevar su hija. Las salidas suelen incluir también un café, algo que no falla ni estando en la residencia de verano: su otra hija, Olga, comentaba ayer que hace varios días se acercaron a Vilalba, que dista algo menos de 20 kilómetros de Roupar, precisamente para tomar un café. Ir a las tiendas también es algo que le agrada.
Conserva el apetito y come prácticamente de todo, aunque tiene que estar batido Con 111 años, el buen apetito tampoco le falta. Sus hijas comentan que come de todo, aunque pasado por la batidora. Un buen tazón de café con leche, un trozo de bizcocho y un poco de miel suelen formar parte de su desayuno. Al mediodía, a condición de que esté todo bien blando, puede comer arroz, macarrones... Un poco de fruta está presente en la merienda, mientras que en la cena suele tomar otra taza de café con leche. En su dieta diaria también acostumbra haber un yogur y una aspirina.
En un día como ayer, antes de las 12 del mediodía ya llevaba horas levantada y estaba en el salón de la casa de Roupar, aunque, como reconocían sus hijas, tenía menos ganas de hablar que otras veces. De todos modos, la lucidez seguía igual.
El alcalde, Roberto García, y una concejala la visitaron y le entregaron un ramo de flores y una tarta, un gesto que ella agradeció: «Para que trouxo nada?», dijo.
El veraneo de Celestina Penabad es, al menos en su duración, como los de antes: llegó a Roupar a principios del mes pasado y no volverá a A Coruña hasta octubre. La acompañan sus dos hijas, y estos días, además, una bisnieta. Ella nació en la parroquia de O Burgo, en el vecino concello de Muras, y se trasladó al municipio xermadino en 1943, al casarse con Antonio Pardo, que murió hace 27 años, con 91 cumplidos. Su marido llegó a ser alcalde de Xermade, durante unos meses, en la Segunda República.
Celestina Penabad y Antonio Pardo tuvieron dos hijas. La familia muestra un claro perfil femenino, pues se fue ampliando con dos nietas y con dos bisnietas. Aunque fue ayer cuando se cumplieron 111 años de su nacimiento, la celebración en la que se reunirá toda la familia queda para dentro de unos días.
Le gusta salir a la calle y tomar un café e ir de tiendas cuando está en A Coruña Las visitas semanales a la peluquería pueden ayudar a entender que conserve un pelo aún abundante, que desde luego envidiarían personas de menos edad. No hay, en cambio, una explicación directa para que luzca una piel tersa y sin apenas arrugas, a la que además no le aplica cuidados especiales: simplemente, una crema hidratante y nada más, explica una de sus hijas.
La casa donde vivió durante décadas resulta además muy indicada para días de tanto calor como estos, ya que sus altos techos y una huerta en la parte posterior garantizan un ambiente fresco del que Celestina Penabad y sus hijas disfrutan durante las estancias veraniegas en la Terra Chá.
Solo una bisnieta que estos días ha cambiado A Coruña por Roupar tenía ganas de salir a jugar a la calle en un mediodía tan caluroso como el de ayer.